Sunday, September 13, 2015

Internet de Las Cosas - La Colcha de Retazos



La semana pasada, escribí sobre el viaje de negocios realizado por Enrique, nuestro protagonista de esta serie de artículos sobre el Internet de las Cosas. En esa ocasión mencioné las interacciones que Enrique tuvo con diferentes tecnologías, las que hicieron su viaje mucho más simple, seguro y placentero. 

Hoy no escribiré sobre Enrique, pero si un poco sobre las barreras que aún existen para poder lograr una integración fácil y homogénea de los diferentes sensores con la red de redes o con dispositivos móviles.

Para empezar el tema, les comentaré sobre una experiencia que tuve hace un par de meses al iniciar el desarrollo de una aplicación móvil enfocada al sector de la salud, un app para la monitorización de diferentes valores y signos vitales.

Al iniciar el diseño de la aplicación, uno de los requerimientos era poder recibir la información directamente de los diferentes dispositivos que ya existen en el mercado, dispositivos para el monitoreo de la tensión arterial, los niveles de azúcar en la sangre, peso, temperatura, entre otros.

Para esto, hice una lista corta con 5 empresas que interpreté cumplían con los requisitos de tamaño, usabilidad, confiabilidad, certificación y existencia; si, existencia, porque hay un buen número de dispositivos que son, por ahora, solo humo, una promesa. Como dato curioso, el precio no estuvo entre los factores de selección del producto.

Resumen de los resultados:

LO BUENO - Tecnología de transporte de datos

Al contactar a este pequeño grupo de empresas, vi que sus productos utilizaban diferentes tipos de comunicación entre el dispositivo y el teléfono móvil, Bluetooth, WiFi, USB estaban entre las formas de comunicación.

LO MALO - Protocolos

Profundizando un poco en el tema, pude ver que aunque la tecnología de transporte era soportada por la gran mayoría de los móviles, esto, desde ningún punto de vista fue una sorpresa, los protocolos de comunicación eran totalmente propietarios, o por lo menos lo suficientemente ofuscados para que no fuesen fácilmente implementables, desde el punto de vista técnico o el punto de vista legal.

LO FEO - APIs

Todos soportan algún tipo de API, bien documentado y basado en estándares (XML, JSON), con esquemas de seguridad razonables.

Hasta aquí, todo bien con los APIs, pero como muchas cosas en este mundo, hay peros: Los API permiten comunicarme con la plataforma que la empresa fabricante de los dispositivos posee en la nube, no con los dispositivos. La política absolutamente emplazada en todas las empresas es: "Usa nuestro dispositivo, a través de nuestro APP, sobre nuestra nube y, por ser un buen ciudadano, te dejamos leer los datos desde nuestra nube".


O sea, no puedo integrar mis aplicaciones con sus dispositivos sin hacer retro ingeniería de la comunicación entre dispositivos, lo cual ciertamente violaría las condiciones de uso. Si deseo ofrecer a mis clientes diferentes funcionalidades (Peso, Presión Arterial, etc.), mis clientes necesitan descargar e instalar diferentes aplicaciones, luego, ni son mis clientes ni estoy ofreciendo ninguna solución unificada.

Para el proyecto que nos hemos planteado inicialmente, el control  del destino de los datos es de vital importancia para poder ofrecer el nivel de interactividad deseado entre todos los actores, los sensores son simplemente una comodidad deseable, pero hubiese sido, en este momento, un factor de peso al presentarlo a los potenciales clientes. El proyecto continúa, pero en el área de sensores automáticos, seguimos buscando.  

El punto que he querido ilustrar es que, si hacemos un paralelismo con la televisión, el estado del arte hoy por hoy, es tan ridículo como sería que si deseo ver el canal de televisión FOX, necesitase un televisor marca SAMSUNG, pero si desease ver el canal Discovery, entonces solo lo pudiese hacer con un LG, o si vamos a los teléfonos, ¿se imaginan si solo pudiese hablar con teléfonos Apple desde otro teléfono Apple?.

Una de las alternativas sería aplicar el mismo esquema que las otras empresas, o sea, fabricar mis propios dispositivos, certificarlos y crear una cadena de distribución global para conquistar al mundo, pero eso, no creo que ni yo ni empresa alguna de las que he estudiado, lo logremos por ahora.

Hasta ahora las referencias que he hecho son directas al marcado de los dispositivos móviles relacionados con el área de la salud, pero si buscamos un poco, podemos ver que se repite en muchas áreas:


Podría también mencionar termostatos y muchos otros tipos de sensores que están surgiendo como setas por todas partes.

Todas las empresas mencionadas (las listas no son exhaustivas) venden productos incompatibles con los de las demás, todas usan su App propietaria, lo que implica que, por ahora, al decidirnos por una marca, si deseamos interoperabilidad, pues quedamos atrapados.

Pero basta de noticias sombrías o poco alentadoras, ninguno de los productos mencionados es malo, todos buscan abrir nuevos mercados, todos son dignos competidores en sus áreas. Las nuevas tecnologías casi siempre comienzan a conquistar los mercados de esa forma. Nadie sabe con total certeza lo que realmente va a funcionar en el futuro, así que todos intentamos, con lo mejor de nuestras habilidades, con lo más granado de nuestra visión comercial y experiencia pasada, crear ese producto que será el estándar de-facto. 

Poco a poco, las mejores ideas se irán imponiendo, los mejores protocolos de comunicación se convertirán en el estándar soñado, el mercado madurará y todos nos beneficiaremos de mejores productos, servicios, más confiables, mas predecibles, intercambiables y estratificados. Los habrá de lujo, estándar y económico, pero en su corazón, todos los dispositivos terminarán ofreciendo el mismo subconjunto de funcionalidades básicas y se conectarán de forma universal, como los electrodomésticos a enchufes eléctricos, los automóviles a las calles y autopistas, o como los televisores, a cualquier canal disponible, sin incompatibilidades.

Pero, aún así, hoy estamos viviendo la etapa de La Colcha de Retazos. 



La buena noticia es que, en esta ocasión, ya está sucediendo, a una velocidad mucho mayor que otras tecnologías lo hicieron en tiempos no tan remotos.

Esta es mi visión, ¿cuál es la tuya?

¡Hasta la próxima!

(*) Todas las marcas y nombres comerciales mencionados en este articulo son marcas registradas y propiedad de sus respectivos dueños.

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